Hace unos días leía en medios locales que el Área de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga había actuado nuevamente contra las larvas de mosquitos detectadas en el Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce. Pues bien, el pasado domingo 19 de marzo por la mañana desayunaba en la terraza de una cafetería situada en la Glorieta Once de Marzo (Avenida de Moliere) acompañado de mosquitos que dejaron su marca en dos miembros de mi familia, uno de ellos yo mismo. Algo no me cuadra.
El verano pasado (2016) fue imposible salir a la calle a la caída del día por la zona oeste porque los mosquitos te acribillaban. Imaginad un verano en Málaga, en el que pasas todo el día al refugio de una máquina de aire acondicionado y que cuando refresca temes salir por los mosquitos. Mosquitos a docenas, con una rapidez nunca vista para picar…
Y este 2017, aún a mitad de marzo ya pican y ya empezamos a oír el mantra de nuestros gobernantes sobre las actuaciones para evitarlos. No soy un especialista en mosquitos y por tanto voy a recurrir al sentido común. A ver, si en casa entra un insecto y tras echarle un poco de insecticida sigue vivito y coleando, le echo otro poco más y así hasta que el pobre muere. Si traslado esto a la situación que tenemos en Málaga, habrá que echar más del producto que sea… y si no se sabe donde están criando (motivo esgrimido por el ayuntamiento el año pasado) se ponen trampas como la que estos días se han puesto en Inacua o en el Colegio Julio Caro Baroja cada diez metros. En cada bloque, en cada colegio, en cada árbol…
Lo que no es admisible es que los ciudadanos de una zona muy poblada de Málaga veamos acercarse un nuevo un verano con el mismo problema del pasado. Sin poder salir, colapsando los centros médicos de la zona por picaduras y agotando sus existencias de antihistamínicos.
Le ruego apreciado alcalde, Paco de la Torre, que abandere la solución con urgencia. Hágalo un tema prioritario de su agenda, confío en su capacidad y voluntad para hacerlo. Ya hemos aprendido que lo hecho hasta ahora no ha servido de nada, o si ha servido de algo no ha sido suficiente. Ponga los medios que hagan falta para acabar con este problema y ponga a la Junta de Andalucía a trabajar en la parte que le corresponda. Pero por favor, no nos hable de larvas aquí y adultos allá, díganos que está solucionado y de paso acalle tanta voz crítica empezando por la mía.
